miércoles, 17 de octubre de 2007

Si encuentras la llave
de la cerradura del dolor dormido
te haras dueña
de los que se divierten
golpeando las puertas de los cuartos
cerrados

pero si entierras esa llave
o la tiras al mar
o te la tragas
no sabras quien te llama por las noches
quien se queda en tu puerta acurrucado
sediento de verdad de tu tristeza.

Ana Merino

1 comentario:

Sebastián dijo...

claro
hay que permitirse las cosas
sino es como que se va la fluorescencia.